El sentido del olfato nos ayuda a disfrutar de la vida, nos permite disfrutar de los aromas de las comidas preferidas o la fragancia de las flores, pero el sentido del olfato también es un sistema de alerta, que nos avisa si hay señales de peligro en el ambiente como un incendio, o alimentos que se han echado a perder y que serían perjudiciales para la salud, nos sirve para relacionarnos con el medio.
Pero los olores tienen una acción más en nuestro cerebro, actúan dado información capaz de influir en la memoria, el sentido de alerta, la concentración y las emociones o los estados de ánimo, se podría decir que unos olores tonifican y otros calman.
¿Cómo llega el aroma hasta nuestro cerebro?
Todo comienza en la nariz, el aroma volátil viaja hacia la cavidad nasal, las moléculas son captadas por el epitelio olfatorio donde se encuentran millones de células receptoras o neuronas sensoriales olfativas, y éstas llevan los mensajes a los bulbos olfatorios del cerebro, mismas áreas donde se aloja la memoria, los recuerdos y emociones.
La Aromaterapia se basa en los estímulos que los olores ejercen en nuestro cerebro, pero no solo es una terapia de olor, también se aplica por vía tópica o incluso toma oral con supervisión médica, se aplica a través de los aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas, estos contienen una cantidad elevada de principios activos con acciones terapéuticas.
EL BENEFICIO DE INHALAR ACEITES ESENCIALES
Los aceites esenciales que se inhalan nos ofrecen beneficios tanto psicológicos como físicos. El aroma del aceite esencial natural no solo estimula al cerebro o desencadena una reacción, sino que cuando se inhala, los componentes naturales (sustancias químicas naturales) pueden proporcionar un beneficio terapéutico al sistema pulmonar, la difusión de aceite esencial de eucalipto se aplica para ayudar a aliviar la congestión como un ejemplo destacado.
La inhalación puede ser a través del vapor de agua como es el caso de los difusores eléctricos donde se mezclan de 3 a 6 gotas en el agua, aunque es la casa comercial la que dependiendo del aparato te da ya unas instrucciones de cantidad de aceite esencial a utilizar, estos aparatos ayudan a difundir rápidamente el aroma por el aire. También existen quemadores de velas que son más económicos y la mezcla sería la misma.
La inhalación en seco trata de aplicar 2-3 gotas en un pañuelo he ir oliendo de vez en cuando a lo largo del día según necesidad, este método es muy práctico.
EL BENEFICIO DE LA APLICACIÓN TÓPICA
Los aceites esenciales que se aplican en la piel son útiles para su cuidado y tratan problemas como eccemas, psoriasis, piel acnéica o atópica. También en dolores o contracturas musculares y articulares. Aunque el abordaje es habitualmente por medio del masaje, baños, compresas o cataplasmas que se aplican en desordenes también internos.
Dado que los aceites esenciales son tan poderosos y concentrados, nunca deben aplicarse directamente sobre la piel sin diluirlos en geles, aceites, arcillas, etc.
Habitualmente se suele mezclar en aceite vegetal prensado en frío, también conocido como aceite portador. Los aceites vegetales se eligen también por las propiedades de los mismos, unos calman, suavizan, cicatriza, regeneran o tonifican y de esta manera hay un aprovechamiento de las cualidades del aceite vegetal y las propias del aceite esencial elegido.
Son numerosas las esencias que nos trasportan y nos ayudan a conectar con nuestro mundo interior, siendo diferentes para cada persona y en cada etapa o momento de la vida.
Prueba esencias diferentes y observa los efectos que te producen, así iras descubriendo sus propiedades y efectos de bienestar o rechazo de un aroma; si encuentras alguna esencia que te guste mucho entonces esa es la que necesitas en ese momento, úsala durante unos días.
Si por el contrario hay algún olor que rechaces, ese aroma puede estar recordándote algún acontecimiento o vivencia pasada no muy agradable para ti, aunque en este momento presente no la recuerdes.
Los aromas pueden liberar traumas, devolviéndolos a la superficie para ser sanados.
Por Gloria Merino
Artículo publicado en la revista VerdeMente